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El Pelafustán

29.3.11

Todo lo que toca Clarín



Ataque a la libertad de prensa, apriete a los medios, tapa en blanco. Clarín presentó la noticia del bloqueo a su planta de impresión en tono de catástrofe nacional. El multimedios confunde aviesamente en su lucha contra el Gobierno y banaliza todo: el periodismo, la libertad de expresión, el derecho a la información. Y desprestigia a los periodistas y políticos que actúan como sus personeros.  

Data Chaco. El gran escándalo que urdió Clarín por el bloqueo a su planta de impresión el domingo, presentando el hecho en tono de catástrofe nacional, es una muestra más de que la perversidad del grupo y sus adláteres no tiene límites. Clarín banaliza todo en la defensa de la posición dominante del grupo y en su ataque al gobierno de Cristina Fernández, justo cuando las encuestas ubican a la Presidenta en franco ascenso para octubre y la oposición avergüenza, sobre todo, después del fraude en las elecciones a gobernador de Chubut.
Clarín banaliza el periodismo, la libertad de expresión, el derecho a la información. Miente, opera, actúa desembozadamente cada vez que se ve afectado en sus intereses. Ya lo hizo antes con la ley de medios: durante el debate en el Congreso, desplegó una campaña aviesa con mentiras e inexactitudes y ahora se niega a cumplir la norma sancionada y con la incorporación de CN23, Telesur y Paka Paka a la grilla de canales de Cablevisión. Por si esto fuera poco, Clarín apeló a todo tipo de maniobras para impedir que la Justicia avance con la investigación de la identidad de los hijos de su directora, Ernestina Herrera de Noble. Sin embargo, se anima a denunciar con estridencia que el Gobierno no hizo nada para aplicar la legislación que impide bloqueos a la circulación de los diarios.
Clarín banaliza los hechos al presentar la protesta de empleados y sindicalistas gráficos que impidió la salida del diario del domingo como un ataque a la libertad de expresión y un apriete a los medios pergeñado por el Gobierno. Y desprestigia a los políticos y periodistas que se sumaron a la bravata editorial del multimedios. Los comentarios supuestamente sesudos y profundamente republicanos de los Morales Solá, los Lanata, los Ruiz Guiñazú, los Leuco, los Castro, los Majul, fantoches del grupo, son nada más que fragmentos del infame libreto de Clarín para desgastar al Gobierno a cualquier precio.
Esos personeros, junto con los Duhalde, los De Narváez, los Macri, los Carrió y todos sus acólitos, dejaron en estas horas un mensaje preocupante: cualquier protesta de trabajadores de un medio contra la patronal puede ser entendido como un ataque a la libertad de expresión y, por lo tanto, pasible de ser reprimido y castigado.
Clarín banaliza la tapa en blanco. Un recurso que usaron algunos diarios del mundo en repudio de hechos realmente graves, como lo hizo Página 12 en los 90, cuando el entonces presidente Carlos Menem dictó el indulto para los genocidas militares de la última dictadura, fue utilizado por Clarín el lunes 28 ante un problema de estricta índole laboral del grupo con sus empleados, quienes denuncian persecución y falta de libertad sindical en la empresa AGR. Como dijo Víctor Hugo Morales, en su programa de radio Continental, hubiese sido mejor recordar una tapa en blanco de Clarín el día después del golpe de Estado de 1976 y no la que se encuentra en los archivos, con el título Total normalidad. Las Fuerzas Armadas ejercen el Gobierno.
Una protesta de 40 trabajadores que pasan penurias en Clarín no puede socavar las estructuras republicanas del país ni constituirse en actos de intolerancia y autoritarismo. Es un reclamo sindical que debe solucionarse en los ámbitos que corresponden. En cambio, sí es un atropello y un verdadero peligro para la democracia argentina que una corporación reclame para sí el derecho de incumplir la ley a su antojo y use su poder mediático para tergiversar los hechos impunemente en nombre de la libertad de prensa.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

lamentablemente no importan las explicaciones o lo evidentes que se puedan presentar algunas cosas, mucha gente detesta al gobierno sin importar lo que haga y en consecuencia apoya a la oposición sin importar lo enclenque que sea... pero afortunadamente para los que vemos a este gobierno como el menor de los males (que podría ser "roba-pero-hace-medio-de-centro"), esa oposición es impresentable...